Tengo mucho pena, frustración y algo de rabia. Esta madrugada, la vikinga, L, “terminó” conmigo. ¿Por qué entre comillas? Porque en realidad nunca comenzamos nada. Tuvimos un apasionado mes en Santiago, y nos amamos fervorosamente durante una semana en Buenos Aires, pero al despedirnos quedamos de acuerdo en no tener una relación de larga distancia, aunque a la vez proyectando una vida juntos en un futuro cercano y manteniéndonos fieles mutuamente, sin nunca perder el contacto. Una “no relación a distancia” muy particular.
Mantuvimos exactamente un mes este “no romance” desde la lejanía. El 25 de Julio fue la última vez que nos besamos y abrazamos, cuando ella tomó su vuelo de regreso a Noruega. Este 25 de Agosto, a eso de las 3 AM (creo que en Vietnam eran las 2 PM), L puso punto final a nuestro asunto. Las razones son innecesarias detallarlas, pero claramente la cosa no funcionaba para ninguno de los dos.
Tengo una extraña mezcla de sentimientos en mi interior. La amo demasiado y la odio un poco. Estoy feliz de haber estado con ella, sin importar si fue un muy corto período de tiempo; pero detesto al destino que nos unió por un instante tan breve para luego separarnos por siempre. Tengo la esperanza de que mi vida no puede empeorar y que de aquí en adelante todo debería mejorar, mientras que una angustia desgraciada contamina mis pensamientos.
Y ahora, ¿qué? ¿El tiempo dirá? ¿Todo pasa por una razón? Mierda, si tuviera esas respuestas estaría muy feliz como para necesitar escribir esto.
Los nombres fueron censurados para proteger a las “víctimas”.